¡LLEGÓ EL MOMENTO DE VOTAR! (MÁXIMA ACTUALIDAD)

¡LLEGÓ EL MOMENTO DE VOTAR! (MÁXIMA ACTUALIDAD)

¡LLEGÓ EL MOMENTO DE VOTAR!

Según escuché decir, algunos días atrás, a un astrónomo muy prestigioso, es muy probable que la vida llegara al planeta Tierra en unas bacterias encerradas dentro de un meteorito procedente de Marte. O sea que tanto fantasear sobre los marcianos, y a lo mejor resulta que todos nosotros lo somos. ¡Asombroso!

Yo ya lo he sospechado más de una vez al fijarme en lo raros que somos muchos de nosotros. ¿Ejemplos? A porrillo. Para no cansar, pondré solo un par de ellos que reconocerá todo el mundo.

Baja a segunda división un equipo de fútbol que era de primera, y enseguida miles de sus fans se echan a la calle a protestar y a lamentarse de lo que ellos consideran una desgracia inigualable.

Se quedan varios millones de terrícolas sin empleo y todo el mundo callado, metido en su casa esperando que un milagro les devuelva el puesto de trabajo perdido.

Llegan las elecciones y con ellas la posibilidad de votar a alguien que pueda sacar el país de todo el paro y miseria que padece. ¿A quién votan? ¡Exactamente, al que dice las mayores mentiras y hace las promesas más imposibles de cumplir! ¿Por qué? Por la increíble facilidad para ilusionarse que poseen un gran número de votantes.

Es como el rollo de Santa Klaus, Papa Noel o los Reyes Magos. Los niños, ilusionados, les escriben cartas pidiéndoles en ellas miles de cosas que ansían tener. Para eso no les da pereza ninguna, todo lo contrario a lo que puede ocurrirles en el colegio: que le da flojera hasta coger el lápiz.

Pero llegada la gran fecha, los papás pobres solo les dejan a los grandes pedidores de sus niños una bolsita de caramelos o un bolígrafo. Un primo mío fue una bolsita de caramelos lo que recibió y ahora los vende en un tenderete frente al cine Garbo. Y yo, que recibí un bolígrafo, ando malviviendo de escribir aquello que me pasa por la cabeza. Para que luego digan que no hay sucesos en la infancia que te marcan de por vida.

Bueno, ya expuestos este par de ejemplos que evidencian la veracidad de lo afirmado por mí, solamente me resta pedir, a quien corresponda, que el próximo envío de meteoritos con bacterias, que éstas sean de la máxima calidad y salgan de ellas un exagerado número de grandes personajes como Jesucristo, Cleopatra, Buda, Santa Teresa del Niño Jesús, etc.

Bueno, que sea la esperanza lo último que perdamos. ¿Vale?

Y, votante, no cometerías ninguna estupidez si votases al candidato a la presidencia que menos mentiras dice. Y no te dejes engañar por esa sinvergüencería de que las mentiras dichas no eran mentiras, sino que eran cambios de opinión.  ¡Qué jeta, por Dios!