LAS TETAS SIEMPRE FUERON OBJETOS DE DESEO

LAS TETAS SIEMPRE FUERON OBJETOS DE DESEO

Antiguamente las mujeres abisinias dejaban que se las picaran las abejas, consentimiento

con el que conseguían que aumentaran hasta el doble su tamaño.

Las chinas, por el contrario, las envolvían con apretados

vendajes parecidos a camisas de fuerzas, para que

no les crecieron.

Y una tribu de África se cuelga pesos en ellas para que se estiren

y descuelguen hasta parecer preservativos usados.

Seguir modas más o menos dolorosas

no es cosa moderna, como

demuestran estos

ejemplos.

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