LA VIDA EN BROMA: ADIÓS LUCRECITA (MICRORRELATO)

Adiós Lucrecita, que te vaya bien. Te fuiste dejándome el corazón roto en mil pedazos, un puerco trapo de cocina, una novela a la que le faltaban las veinte páginas finales, y una gata coja. El trapo de cocina lo tiré a la basura porque estaba muy sucio y roto. La novela la había leído ya (malísima) y una noche muy fría la empleé para encender la chimenea. En cuanto a la gata, a pesar de estar renca, se ha marchado con un gato que llevaba alrededor del cuello un collarcito de oro. La gata salió a ti. Lo sospeché escuchándola decir todo el tiempo: mío, mío, mío. En cuanto al corazón roto me lo está reparando nuestra vecina Encarna. Que por cierto me ha dicho te dará las gracias en cuanto te vea porque hombres tan maravillosos como yo no se encuentran fácilmente y, a menudo, no se encuentran nunca.
¡Ah! Y voy a contarte otra cosita más, me ha tocado la lotería, un premio gordísimo y voy a comprarme una magnífica mansión. Te adjunto una foto de ese casoplón que tengo ya apalabrado. A lo mejor, con lo exagerada que tú eres, posiblemente te parecerá pequeño y poco lujoso A mí no me lo parece, ya sabes que soy fácil de contentar, lo demostré enamorándome de ti.
En fin, Lucrecita, que te vaya todo bien, repito, y a mí me vaya tan estupendamente como hasta hora. Y como dijo el poeta:<<Más vale una mujer buena que una bruja mala y sin escoba>>.