LA SEÑORA TOLERANCIA Y LA SEÑORA INTOLERANCIA (Microrrelato)
LA SEÑORA TOLERANCIA Y LA SEÑORA INTOLERANCIA
La señora Tolerancia vivía alegre, inocente y feliz. Pensaba que todo el mundo tenía el derecho, siempre que no perjudicase a su prójimo, de hacer con su vida lo que mejor le pareciera. Y defendía:
—Todos hemos nacido libres y todos tenemos derecho a obrar libremente sin hacerle daño a nadie.
Pero a la señora Tolerancia le salió una enemiga muy poderosa, la señora Intolerancia que pregonaba:
—Pero, vamos, ¿de veras se ha creído esa libertina, que puede hacer lo que le venga en gana sin contar con mi criterio, mi juicio y mi condena? ¡Pues se va a enterar muy bien de quién soy yo!
Y la señora Intolerancia arremetió con todas sus fuerzas contra la señora Tolerancia tratando de mermar su libertad y su idiosincrasia. La señora Intolerancia era muy poderosa y poseía armas tan dañinas como la envidia, la maledicencia y la calumnia. Muy furiosa, las envió a todas contra la Tolerancia.
Pero la Tolerancia le plantó cara enfrentándosele con la verdad, la sinceridad y la buena fe.
Finalmente la señora Intolerancia no consiguió vencer a la señora Tolerancia, pero sí consiguió que esta última después de la terrible batalla sostenida con su perversa enemiga descubriera que el mundo era mucho menos hermoso de como ella lo había visto antes de este terrible enfrentamiento.