LA SEÑORA TOLERANCIA Y LA SEÑORA INTOLERANCIA (Microrrelato)
La señora Tolerancia vivía alegre, inocente y feliz. Pensaba que todo el mundo tenía derecho, siempre que no perjudicase a su prójimo, de hacer con su vida lo que mejor le pareciera. Y defendía:
—Todos hemos nacido libres y todos tenemos derecho a obrar libremente sin hacerle daño a nadie.
Pero a la señora Tolerancia le salió una enemiga muy poderosa, la señora Intolerancia que pregonaba:
—Pero ¿se ha creído esa libertina, que puede hacer lo que le venga en gana sin contar con mi criterio, mi juicio y mi condena? ¡Pues se va a enterar muy bien de quién soy yo!
Y la señora Intolerancia arremetió con todas sus fuerzas contra la señora Tolerancia tratando de mermar su libertad y su idiosincrasia. La señora Intolerancia era muy pode-rosa y poseía armas tan dañinas como la envidia, la maledicencia y la calumnia.
Pero la Tolerancia le plantó cara con la verdad, la sinceridad y la buena fe.
Finalmente, la señora Intolerancia no consiguió vencer a la señora Tolerancia, pero sí consiguió que esta última después de la terrible batalla sostenida con su perversa enemiga descubriera que el mundo era mucho menos hermoso de lo que ella lo había visto hasta entonces, pues los intolerantes son parecidos a la basura que la gente sucia arroja a la inmaculada nieve.
(Copyright Andrés Fornells)