LA MALDICIÓN DEL RAYO (RELATO)

LA MALDICIÓN DEL RAYO (RELATO)

Alfonsina Martos se quedó viuda de la forma más tonta que pueda uno imaginarse. Formaba ella con Lucio Paz una pareja muy bien avenida. Los dos tenían un buen empleo y, gracias a ello vivían sin pasar estrecheces, e incluso ahorraban algunos euros todos los meses.

Pero un ajuste de plantilla dejó a Alfonsina en el paro. Esta contrariedad laboral motivaba que ella diese continuas muestras de malhumor y cayese fácilmente en una incontrolada irascibilidad.

Un día señalado en el Calendario con la cifra 13, Afonsina se enfadó con su consorte por un hecho que podía considerarse completamente baladí. Afuera estaba lloviendo copiosamente y al agua que caía la acompañaban truenos y rayos.

Lucio llegó de la calle. Metió su paraguas chorreante dentro del paragüero, pero se olvidó de restregar su calzado en la alfombrilla de la entrada, mojó el suelo al dar el primer paso, y su mujer al verlo perdió los estribos más que otras veces y le gritó:

—¡Eres un guarro, no te partiera un rayo!

Por la puerta que él mantenía todavía abierta con una de sus manos entró un rayo y lo dejó inmediatamente carbonizado.

Alfonsina vivió el resto de su vida maldiciendo con toda su alma a los rayos obedientes.

(Copyright Andrés Fornells)

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