LA MAGIA EXISTE (MICRORRELATO)
(Copyright Andrés Fornells)
Luisito Ramales era un ingenuo y, por serlo, capaz de conseguir prodigios. Un día recordó que, siendo él niño, alguien le había contado una historia sobre un hombre que, frotando una tetera, había conseguido que un genio escondido en ella le concediese el mayor de sus deseos.
El cándido de Luisito Ramales, que ni tan siquiera había recordado bien la historia que le habían contado miraba todas las noches dentro del armario que tenía en su dormitorio.
Durante mil y un días, sin saltarse ni uno solo, él buscó dentro del armario y, esa noche que hizo las mil y una encontró allí lo que tan constantemente había pedido al genio de su tetera, a una preciosa mujer que le dijo:
—Por fin me han dejado llegar hasta ti, mi amor.
Y a partir de esa noche, Agripina Perales (que así se llamaba ella) y Luisito Ramales fueron una pareja inmensamente feliz gracias a una tetera que era tan prodigiosa como su prima la lámpara.
Le conté esta historia a mi ingenuo primo Leoncio y el pobre de él lleva más de cinco mil noches frotando una tetera, sin hacerme caso cuando le digo que esta tetera suya no es mágica.
