INCENDIO (RELATO ERÓTICO)

INCENDIO

(Copyright Andrés Fornells)

Eloísa y Abelardo se hallaban disfrutando al máximo, en la cama, el gozoso juego de “Métemela aquí que no tengo bolsillos” cuando sonó el teléfono móvil que ella había dejado encima de la mesita de noche. Eloísa dijo a su amante, antes de alcanzarlo:

—Tengo que contestar. Seguro que es mi marido preocupado por lo que estoy tardando en volver a casa.

Ella abrió línea y, en efecto, era su esposo que le gritó:

—¡Eloísa se está quemando nuestra casa!

El amante, que era tan apasionado como desconsiderado, aprovechó la oportunidad de la distracción de Eloísa para asaltarla por la parte de atrás y hacerla gritar sobresaltada:

—¡Ay, madre!

—Sí, a casa de tu madre habremos de dormir esta noche porque de la casa nuestra no va a quedar nada —lamentó el cornudo—. ¿Te ocurre algo, mi vida, que te escucho jadear?

—Nada, maridito, que he comenzado a rezar.

—Haces bien, mujer piadosa. Cuando termines de rezar vente donde yo y los bomberos tratamos de salvar algo.

—Vendré sin terminar el rezo —cortando ella la comunicación y también el ardiente asalto de su fogoso amante al que dijo—: Yo acabo de quedarme en la calle y tú solo piensas en aprovecharte de mí, maldito desconsiderado. Métetela en tu bolsillo y ahí se te pudra. Adiós.

Y comenzó a vestirse y a llorar, que era, en aquellas circunstancias suyas, lo que tocaba.

—Si yo fuera bombero vendría a ayudaros a apagar el fuego —mintió el amante no queriendo perderla.

Le contestó un portazo que hizo temblar los cimientos de la vivienda.