HISTORIAS CON EROTISMO: LA SUBYUGANTE MAGIA DE LOS PLACERES SUPREMOS
La mujer se entregó con salvaje frenesí al hombre que mantenía prisionero dentro de ella incendiándola y conduciéndola con su agresiva violencia a la irrefrenable explosión de placer que, al producirse finalmente, convirtió a ambos, a la vez, en enfebrecidos amos y rendidos esclavos.
Y cuando apenas recobrado el aliento se miraron muy hondo, descubriendo que una luz nueva, poderosísima, les brillaba en los ojos. Habían cruzado juntos la puerta donde los amantes encuentran la subyugante magia de los placeres supremos compartidos.
En adelante si querían seguir manteniendo viva la magia que los había unido maravillosamente una vez tendrían que poner, además de sus cuerpos, sus almas.
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