HISTORIA DEL PAIS QUE SUFRÍA UNA EPIDEMIA DE ODIO (MICRORRELATO)

Hubo una vez un país que lo tenía todo para poder ser próspero y feliz. Tenía buenas tierras de labor; una maravillosa, variada climatología; hermosos paisajes, ciudadanos muy trabajadores y también ciudadanos intelectuales y sabios.
Pero desgraciadamente para ese país, muchos de sus habitantes enfermaban con extraordinaria facilidad de la peor de cuantas enfermedades existen: la enfermedad del odio. Para aquellos que no lo sepan, el odio es contagioso y muy fácil de propagar. Los más contagiados de este mal lo sabían y extendían este virus todo lo que podían con esa fuerza extraordinaria que este infecto sentimiento posee.
Y como el odio cuenta con la virulenta fuerza del mal y las destructivas armas de las mentiras falaces y el embaucamiento de masas; los líderes del odio despertaban entre sus acólitos odio vesánico alardeando de que ellos eran sobresalientes, superiores, especiales y, por lo tanto, lo mejor del país debía ser para ellos. Y ocurre que, cuando unos acaparan lo mejor de lo mejor, a otros, irremediablemente, les queda lo peor de lo peor.
Total, que ese país que lo tenía todo para ser feliz y próspero, era desdichado, sufría terribles injusticias sociales y cada vez se alejaba mas de la dicha y del amor que hacen sublimes a las personas.
La historia de ese país del que hablo no ha terminado todavía, pero todo apunta a que va a terminar de nuevo, otra vez más, mal, muy mal. ¿Alguien conoce algún insecticida que pueda exterminar el bicho maligno del odio?

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