FIN DE LA ESPERA (MICRORRELATO)

FIN DE LA ESPERA (MICRORRELATO)

Ella ha sido siempre una mujer crédula y confiada. Una mujer íntegra de las que cuando dan su palabra, la cumplen. Pero finalmente se ha cansado de esperar durante años frente al mar. Se ha cansado de su incesante oleaje, de su olor a yodo y a sal, del monótono, incansable rumor de las olas desparramando su espuma de efervescente blancura sobre la pasiva arena de la playa. Se ha cansado también del poco elegante vuelo y el feo canto de las gaviotas y, finalmente acepta la realidad de que él no regresará, no cumplirá la palabra que en actitud solemne le dio un día lejano ya.
Como un preso al que después de un larguísimo encierro conceden la libertad, ella lanza al agua su anillo de compromiso, llora durante un par de minutos, libera un suspiro y recupera la esperanza de encontrar un nuevo amor que no la engañe ni defraude como el anterior, y que no ha sido el primero que lo ha hecho.

Descubre en la arena una pequeña caracola. La coge. Dos pasos más lejos un hombre joven y apuesto se detiene delante de ella y mostrando una amplia sonrisa le pregunta:

—¿Me regalas la caracolita, joven hermosa?

—¿Qué me regalarás tú a cambio? —sonriéndole ella también.

—Te regalaré amor eterno.

Ella entiende que él lo ha dicho en serio. Se ilusiona de nuevo y responde, seductora:

—Bueno, vale; amor con amor se paga.

Y para sus oídos el oleaje del mar ha adquirido musicalidad y lo mismo ha ocurrido con el graznido de las gaviotas que tienen cerca. Quizás esta vez tenga más suerte que en las anteriores. La esperanza necesita de muy poca llama para prender.

(Copyright Andrés Fornells)