LA BUENA EDUCACIÓN (MICRORRELATO)
Nuestra abuela Alfonsina nunca se perdía las noticias de las nueve de la noche. La presentadora que las daba entonces, a mi abuela le caía muy bien porque se parecía a su prima Elvira con la que, cuando ambas eran jóvenes, se reian muchísimo tirándose de los pelos. Luego, llegadas las dos a la edad de los noviazgos, Elvira se casó con uno de esos extranjeros que tienen cara de limón exprimido y se fue a vivir con él al país del Sol Naciente. Y mi abuela se esposó con mi abuelo Silvino, que tocaba la guitarra mejor que nadie del pueblo y bailaba el agarrado que parecía una etiqueta pegada a una botella. La distancia hizo imposible a las dos primas continuaran tirándose de los pelos, y bien que lo expresaban en sus cartas lo muchísimo que lo echaban de menos.
Bueno, no sigo con mis distracciones. A lo que iba, cuando la chica de las noticias daba las buenas noches, nuestra abuela Alfonsina, mostrando sus excelentes modales, se las devolvía y, a nosotros, si nos pillaba ocupados en otras cosas nos exigía:
—Niños, dadle las buenas noches a la señorita, que se entere de que en los pueblos pequeños tenemos tan buena educación como pueda tenerla la gente de las grandes capitales.
Y nosotros la complacíamos:
—¡¡¡Buenas noches!!!
Cuando mi mujer me escucha, despedirme de la guapa presentadora que da las noticias, coge celos y me dice:
—Muy bien, si te gusta más que yo ¿porque no te vas con ella?
—¿Quién quiere una copia de la Mona Lisa teniendo el original en casa? —le respondo zalamero, y se hace la paz entre nosotros.
Mi Julia está mosqueada conmigo desde que le pedí un autógrafo a Scarlette Johansson y ella me dio el autógrafo, añadiendo al mismo su número de teléfono.
Mi Julia sigue enfadada conmigo a pesar de que yo le di el número del teléfono de Scarlette Johansson a Pepe Quillo, un buen amigo. el enfado de mi Julia continua porque, según ella, yo soy infinitamente más guapo que Pepe Quillo.
Perdonen un momento. En la televisión la guapa de las noticias se está despidiendo.
—Buenas noches —le respondo yo.
Mantengamos siempre vigente la buena educación. Hace la vida más amable y llevadera. Y la verdad, es que no cuesta tanto.