ESOS ANCIANOS QUE LEVANTARON UN PAÍS TOTALMENTE DESTRUIDO (ACTUALIDAD)

ESOS ANCIANOS QUE LEVANTARON UN PAÍS TOTALMENTE DESTRUIDO (ACTUALIDAD)

El hambre, el sufrimiento y el esfuerzo que realizaron nuestros mayores durante la postguerra española, dentro de un país arrasado y destruido por una guerra civil fratricida, no deberían olvidarlo las generaciones que han ido llegando después, y mucho menos desmerecerlos y silenciar sus méritos.

Esos mayores que ahora son viejos y otros que murieron ya, levantaron este país desde los escombros, el miedo y la miseria. Padecieron hambre y enfermedades que no podían atender por falta de dinero, condiciones de trabajos insalubres propios de esclavos, con horarios incontrolados, viviendo un enorme número de ellos en chabolas infectas, vistiendo ropas remendadas, que habían usado y roto otros más afortunados, sin luz y sin agua muchas de esas chabolas.

Algunos de esos ancianos, sufriendo mil carencias y sacrificios consiguieron dar a sus hijos que se esmeraron al máximo (muchos de ellos trabajando y estudiando al mismo tiempo) una carrera. Gracias a esa carrera, muchos de esos profesionales ayudaron al país a modernizarse y prosperar más rápidamente.

A estos ancianos de la postguerra y a sus esforzados hijos, que crearon el progreso que ahora disfrutamos todos, algunos desalmados actuales que ostentan el poder máximo, los han dado ya por amortizados y los están exterminando con leyes inhumanas y pensiones misérrimas, mientras ellos se hacen todos ricos ejerciendo la corrupción, el tráfico de influencias y demás ilegalidades. Y encima de todo lo anterior, despilfarran parte de la riqueza que crearon sus mayores y crean sus herederos, en extranjeros que están invadiendo el país, imponiéndonos sus costumbres, sus religiones y ensuciando calles, monumentos y grandes construcciones de nuestra religión.

A todos los que están contribuyendo a esta decadencia y destrucción de todo lo bello, próspero y sagrado que construyeron nuestros mayores poniendo en ello su salud, esfuerzo y alma, la historia los maldecirá, como debemos maldecirlos nosotros, todos los que tratamos de defender la heroicidad de unos hombres y mujeres que no merecen ni el olvido, ni la marginación, ni la miseria que reciben muchos de ellos sobreviviendo como si fueran mendigos.