"EN EL FONDO DEL MAR MATARILE, RILE, RILE..." (MICRORRELATO)
Aquel hombre extraño, solitario y melancólico murió
sin que ningún ser humano reconociera el extraordinario
escritor que era. Decepcionado y amargado por el nulo éxito que tenían sus obras, este notable artista dejó de escribir sobre cuartillas de papel y lo hizo sobre las olas del mar eterno empleando para ello su dedo índice. Sus incondicionales y admiradas lectoras, fueron las sirenas entre las que adquirió la gran fama y admiración que sus escritos merecían. Este escritor único, genial, desesperado, no murió en la cama, murió junto a ellas, sus fieles seguidoras, cuando cansado de la ignorancia, incomprensión y falta de reconocimiento de sus congéneres, decidió jubilarse definitivamente.