EN EL CORAZÓN DE LOLA CABÍA UN PAYASO MÁS (MICRORRELATO)
Cuidado con decir más de lo que nos conviene a quien cuenta con nuestra confianza, sin merecerla.
Lola contó a Camila, su mejor amiga, el motivo por el cual ella estaba manteniendo una relación con Albertito:
—Le estoy haciendo algo de caso a Albertito porque mi corazón es como un bondadoso dueño de circo: que por compasión cuenta con un payaso más.
Camila le pasó este comentario a Albertito y éste, herido en su amor propio, rompió con Lola.
Albertito era un pianista mediocre que se apenas se ganaba el sustento tocando en bodas y en funerales. Tras pelearse con Lola, Albertito se marchó a los Estados Unidos y allí ganó montañas de dólares componiendo música para películas de ciencia-ficción.
Lola, perdida su relación con Albertito, pasó a compartir su vida con Felipe, un inútil que no trabajaba y vivía a expensas de lo que ella ganaba como empleada en una papelería vendiendo libretas, lápices, grapadoras y otros artículos de oficina.
Tuvo ella razón siempre al decir, que en su corazón cabía otro payaso más. Lo tenía con Felipe, y le causaba enfado porque no daba golpe y no poseía gracia alguna para hacerla reír.
Pero esta historia no termina aquí. Debido a que el destino siente debilidad por los finales felices, Albertito, que había regresado a España, y Lola que nunca había salido de ella, se encontraron una mañana en un parque, descubrieron que se habían amado siempre y seguían amándose, ella le pidió perdón por, en un momento de enfado con él, haberle dicho a su traidora amiga Camila algo que su corazón no sentía.
Él le cantó su última composición Los alienígenas toreros, ella se rio como nunca y, en adelante se disfrazaba de payasita para inspirarlo a él hasta el punto de lograr, viéndola a ella, sus mejores composiciones.
(Copyright Andrés Fornells)
