ELLA VINO A POR ÉL (MICRORRELATO)

ELLA VINO A POR ÉL (MICRORRELATO)

Un hombre muy mayor se hallaba sentado en el baqueteado sofá de su modesto y pequeño apartamento. La soledad y el silencio le oprimían como si fueran fenómenos sólidos, prensiles. Él no tenía ganas de nada, ni tan siquiera de vivir. Había agotado por completo el deseo de existir. Cada segundo que transcurría, la existencia se le hacía más y más interminable.
De vez en cuando sus resecos labios se entreabrían para susurrar un nombre:
—Elisa…
Transcurrió una eternidad. El anciano respiraba cada vez con mayor dificultad. Tenía la angustiosa sensación de que de la estancia donde se hallaba estaba desapareciendo el aire. Abrió mucho la boca para combatir la sensación de asfixia que se había adueñado de él.
Repentinamente, lo que llevaba muchos años esperando, sucedió. Surgió desde lo invisible una nube de partículas muy brillantes que juntándose, despacio, terminaron formando una figura femenina. El anciano la reconoció al instante y embelesado, recobrando su voz la fuerza que tenía cuando él era joven exclamó jubiloso:
—¡Elisa!
—Hola, mi gran amor. Vengo a llevarte conmigo —dijo con voz llena de ternura el ser translúcido que acababa de aparecer—. No me permitieron venir antes a por ti. Y lo estaba deseando tanto, tanto. Dame tu mano, cariño. Nos vamos a ir juntos para no separarnos nunca más.
El hombre exhausto recobró inmediatamente su pujanza y juventud. Abandonó de un salto su asiento y se unió a la mujer que tanto había amado y con la que había pactado que se amarían eternamente.  

(Copyright Andrés Fornells)