ELLA TENÍA PARA ÉL UNOS ARGUMENTOS IMBATIBLES (MICRORRELATOS)
ELLA TENÍA PARA ÉL UNOS ARGUMENTOS IMBATIBLES
—Me voy, Carmen, Cuando nos unimos me prometiste la dicha contigo. Y la dicha me la racionas tanto que apenas la disfruto.
—No te vayas, tontorrón, que ahora mismo lo vamos a pasar divinamente juntos —dijo ella quitándose la blusa.
—Vale. Me quedo. No sé cómo te las arreglas que tus argumentos son tan convincentes siempre, que me derrotan.