DOS LEYENDAS ANTIGUAS SE ENFRENTARON (MICRORRELATO)

DOS LEYENDAS ANTIGUAS SE ENFRENTARON (MICRORRELATO)

Gustavo Cifuentes provenía de una familia de muy antiguo abolengo. Esta familia se pasaba de una generación a la otra una leyenda que rezaba así: <<Aquel miembro de nuestra familia que mantenga durante el tiempo de dos o más minutos los ojos abiertos mientras besa a una mujer, esta mujer lo abandonará al día siguiente>>.

Gustavo Cifuentes llevaba varios años teniendo de pareja a Elvira Altacuna, que pertenecía también a una familia antigua y aristocrática. Ella, a diferencia de su amante no se había cansado de él, por lo fogoso y resistente que era haciendo el amor, cualidades ambas que una mujer tan fogosa como era ella las consideraba ideales, supremas.

Antes de unirse a él, Elvira Altacuna había tenido relaciones con un buen número de hombres y en ninguno había ella encontrado, ni de lejos, el placer que el potente Gustavo Cifuentes le procuraba.

En su firme propósito de acabar la relación que mantenía con Elvira, Gustavo la estuvo besando con los ojos abiertos durante una semana entera, y Elvira seguía tan unida a él como siempre, por lo cual él consideró que esa leyenda de su familia era una absoluta falsedad.

Elvira Altacuna y Gustavo Cifuentes permanecieron juntos hasta el fin de sus vidas, y él murió convencido de que la leyenda mantenida por sus antepasados, durante generaciones, no funcionaba. Estaba totalmente equivocado, la leyenda familiar suya era cierta y eficaz mientras no se enfrentase a otra leyenda que fuese más poderosa e infalible.

Y esto fue lo que sucedió entre estos dos amantes. La leyenda de la familia de Gustavo Cifuentes habría funcionado con cualquier otra mujer que no fuese Elvira Altacuna, cuya leyenda familiar rezaba así: <<Nunca podrá abandonarte nadie que te bese con los ojos abiertos>>.

(Copyright Andrés Fornells)