DIOS CREO EL MUNDO Y EL HOMBRE LO DESTRUYO (MICRORRELATO)
Según las Sagradas Escrituras, Dios creo todo cuando existe (y lo muchísimo que no existe ya más) en seis días y el séptimo descansó. Sobre este descanso divino, algunos dicen que fue debido a que le dejó exhausto el inconmensurable trabajo realizado y, otros dicen que fue para gozar contemplando la maravillosa obra realizada.
Dios, al igual que tantos extraordinarios artistas no consiguió la obra perfecta. Dios creo una imperfección que va a costarle carísima. Creo un ser vivo que, en cuanto le funcionó el cerebro centró todas sus fuerzas en el empeño de destruir la sublime, inigualable obra del Todopoderoso Creador.
Ese maldito ser pensante, que tanto lleva ya destruido, anda ahora empeñado en acabar con todos los árboles que forman el mayor pulmón del mundo, y otros muchos bosques bastante más pequeños pero igualmente importantes, teniendo por aliado a las llamas devoradoras.
El desdichado Dios, si quiere que sus excelsas obras perduren, debe crear, con urgencia, unos nuevos seres humanos mucho menos defectuosos que los anteriores.
