DINAMARCA PARA LECTORES CON PRISA (Mis viajes alrededor del mundo)
DINAMARCA PARA LECTORES CON PRISA
Dinamarca (nombre oficial, Kongeriget Danmark, Reino de Dinamarca), monarquía constitucional situada en el norte de Europa, que constituye el más meridional de los países escandinavos. Tiene una población cercana a los cinco millones y medio. Su capital es Copenhague con un millón cien mil habitantes. Religión: el 90% de la población pertenecen a la iglesia luterana evangélica. La lengua oficial la danesa.
LLEGADA AL AEROPUERTO DE COPENHAGUE: Sales con tu equipaje y enseguida, entre otros medios de transporte, te encuentras un tren que te lleva hasta el centro de la ciudad en unos diez minutos.
DIGNO DE VERSE EN COPENHAGUE: El castillo de Rosenborg que fue construido en el siglo XVII. Posee una notable colección de armas, vestidos, muebles, así como las joyas de la corona y está al lado de un parque grandísimo, muy apropiado para darse un paseo romántico respirando el aire cargado de fragancias que prodigan con generosidad gratuita las innumerables flores de sus jardines. La universidad de Copenhague que se fundó en 1479. La Biblioteca real de Copenhague que contiene cerca de tres millones de volúmenes —se me olvidó preguntar si los prestan—.
La calle STROGET, la calle peatonal más larga de Europa. No la recomiendo a personas que lleven zapatos muy ajustados, posean pies cargados de juanetes, pies planos o que sean cojos.
El puerto Nyhavn con su zona de bares y restaurantes. Antiguamente frecuentado por marineros sin trabajo, borrachos y prostitutas. Ahora es algo diferente, pero sigue habiendo un gran ambiente. Un poco caro, pero de visita obligada. El Tívoli con muchas mejores atracciones que el nuestro y en pleno centro de la ciudad. El palacio de AMELIENBORG, residencia de la corona danesa.
LA SIRENITA: Es pequeña y su carita tiene una expresión melancólica que se te contagia. El agua a su alrededor está sucia y tiene cerca fábricas lanzando humo por sus chimeneas, pues todavía no les han prohibido fumar. Todo esto quita bastante encanto al lugar y aunque es una visita típica, hay cientos de lugares con mayor encanto en la ciudad. La leyenda cuenta que los cantos de las sirenas embrujaban a los hombres del mar, y en la ciudad de Copenhague un humilde marino, mientras trabajaba, fue cautivado por la voz de una joven sirena que se enamoró de él. Tanto fue así que la Sirenita renunció a su inmortalidad a cambio de poseer el aspecto de una mujer hermosa para de esta forma conseguir el amor del hombre que había escogido su corazón. Pero finalmente el marinero la traiciono y la sirenita se convirtió en espuma del mar…tal vez por eso se dice que es un punto de peregrinaje para todos los marineros que se encuentren en alta mar navegando. Se cuenta que para ellos visitar la Sirenita es una descarga de conciencia, ya que le confiesan sus infidelidades durante sus viajes. (Disney nos engañó su Sirenita, pues la de Copenhague no tuvo un final feliz ya que no consiguió el amor del príncipe que amaba y se quedo sola y encima muda). También merece la pena visitar el museo Guinness con la estatua del hombre más alto del mundo.
FUERA DE COPENHAGUE MERECEN SER VISITADOS:
SJAELAND y LA ISLA DE FIONA. A esta isla se le llama el jardín de Dinamarca y aunque abunda el verde yo no lo consideraría un “jardín”. En todo caso, los lugares en la isla de Fiona son como una viaje a pueblos de hace doscientos años y pese al día gris y lluvioso que hizo cuando lo visité es fácil imaginarse la de historias que podrían contar las impresionantes costas de Fiona.
ODENSE El nombre de Odense proviene de Odins Vi que significa «el Santuario de Odin» en relación con la antigua mitología escandinava. Odin es el dios de la sabiduría, la guerra y la muerte. Pero también es considerado el dios de la magia, la poesía, la profecía, la victoria y la caza, por lo que es normal que en tal “santuario del dios de la sabiduría, la poesía y la magia, naciera Hans Christian Andersen…. En la plaza del Ayuntamiento, solo dos figuras: Andersen y Oceanía. Aquí fue donde Hans C. Andersen nació y vivió, cuando no estaba en uno de sus viajes; personaje famoso sobre todo por sus cuentos (La Sirenita, el Soldadito de Plomo, La Reina de las Nieves, Pulgarcita…). Siendo tan importante este danés, es normal que cuando uno pasea por esta población vaya encontrando figuras que representen a Andersen o a algún personaje de sus cuentos. Lo que no sé el porqué de los pies descalzos del escritor que he visto en algunas figuras de él… Si algún compatriota suyo puede explicarme la razón de esculpirlo sin zapatos —si la hubiera— le estaría muy agradecido. La curiosidad no es ninguna dolencia, pero si queda insatisfecha molesta bastante. Casi todos los curiosos estarán de acuerdo con esta apreciación mía.
HELLSINGOR con el castillo donde Shakespeare situó a su Hamlet, si mi memoria escopeta de feria no me falla. Contiene un palacio pequeño, pero muy bonito. Y tiene su puerto con los grandes ferris, el olor a muchas cosas no todas ellas agradables y casitas que parecen salidas de los cuentos de hadas. Muchas partes de Dinamarca te da esta misma impresión.
DULCES: Como los nuestros, por decir algo especial unas galletas de mantequilla.
PLATOS TIPICOS; Pescado ahumado, Patatas rellenas con brócoli, las polsen salchichas rojas, etc.
SOUVENIRS: Son famosos, por su belleza, los diseños de su cerámica, y extraordinarios sus muebles del hogar.
SUPERSTICIONES: Espejos rotos, y supersticiones antiguas, ninguna especialmente rara que merezca la pena reseñar.
LO QUE MÁS ME GUSTO: La amabilidad de la gente, que la gran mayoría de los jóvenes hablan inglés y son extremadamente sociables. Que muchísima gente circula en bicicleta. Funciona una compañía que se llama BICYCLEN que te permite coger por poco dinero una bicicleta en un sitio y dejarla en otra BYCICLEN de las muchísimas que hay. Encantadores sus pueblos pequeños con sus casitas color pastel y su mar azul.
LAS CHICAS: Las hay guapas y feas como en todas partes, pero las pocas que conocí de cerca son dueñas de una dulzura en la voz y en la mirada, que me costó una poderosa lucha interna no quedarme a vivir allí para poder seguir viéndolas y escuchándolas siempre. Sigo teniendo una visión enamoradiza y un oído melómano. ¡Forasteros, mucho cuidado con los melosos y hechiceros cantos de las hembras danesas!
LOS CHICOS: Buena gente. Estupendos compañeros para beber cerveza carlsberg y hablar de deportes, preferentemente de futbol.
LO QUE MENOS ME GUSTO: Que también padecen una plaga de carteristas aunque muy inferior a la nuestra y mucha gente me advirtió que tuviera cuidado con mis pertenencias. Lo tuve y regresé a casa sin dinero, pero no porque me lo quitaran sino porque me lo gasté, bien gastado. Siempre es preferible el despilfarro, a la substracción.
LEYENDA: Cuenta una leyenda que en la época en que el rey Gylfe reinaba en Suecia, llegó a visitarlo una mujer de rara hermosura. El príncipe fue seducido por la belleza de la dama y por la dulzura y armonía de su canto —que os dije antes, ¿eh?—. Después que ella hubo permanecido durante varios días en Palacio, el Rey le preguntó qué deseaba que él le ofreciera en prueba de gratitud por el placer que le había causado con su presencia y con su canto. Estaban el Rey y la dama en una habitación de palacio y los servidores habían traído copas con hidromiel, con el que habían brindado. Al final, ella respondió:
—¡Oh señor!, grande es tu generosidad. Yo te pido sólo una parte de tus tierras. No temas que vaya a mutilar tu reino; quiero sólo el trozo que yo pueda labrar durante veinticuatro horas con la ayuda de cuatro bueyes.
El rey contestó:
—Poco es lo que me pides. Te lo concedo gustosamente. Mas esta mujer no era de raza humana, sino que pertenecía a la familia de los Ases —dioses bienhechores escandinavos — y se llamaba Gefion. Gefion hizo venir a cuatro hijos que había tenido de un gigante en el Iothunheim, los transformó en bueyes y después los unció al arado. Trazó luego un surco alrededor del terreno que había elegido, y el surco fue tan profundo que toda la parte que rodeaba fue separada del continente. Entonces ella unció sus bueyes a este trozo de tierra y los aguijó de modo que la arrastrasen hasta el mar. Una vez que estuvieron en la orilla, los sumergió en el agua y los llevó hasta meter el trozo de tierra en el Øresund. Y así nació la isla que se llamó Zealand Isla donde está situada la capital de Dinamarca.
Y para no alargarme más, aquí me despido en danés:
GRACIAS (TAK ) ADIOS (FARVEL)