CALLES ILUMINADAS POR NAVIDAD (MICRORRELATO)

CALLES ILUMINADAS POR NAVIDAD (MICRORRELATO)

Una niña pequeña camina cogida de la mano de su madre por una calle céntrica. Es de noche y la calle luce la iluminación navideña. La niña que mira todo el tiempo hacia lo alto, con los ojos muy abiertos y su boquita fruncida, pone por fin voz a sus pensamientos:
—Mamá, mamá, me gustaban más las luces que había antes en las calles, con sus belenitos, sus campanitas, sus estrellitas, sus solecitos, sus ciervitos… Ahora son muy feas con esos cubos sin gracia que parecen sacados de mi libro de geometría.
La madre mueve levemente la cabeza en un gesto de marcada desaprobación y manifiesta:
—Es que ahora los encargados de decorar e iluminar las calles han sacrificado, al laicismo, lo tradicional y artístico debido a sus primordiales ansias de renovación.
—¡Uf! ¿Y por qué no los renovamos a ellos?
—Ay, hija, esa es una pregunta demasiado sabia para que pueda ser contestada sin profundísima reflexión, y vivimos tiempos en que la reflexión no está al alcance de la gran mayoría de los prosélitos que se han apuntado a lo políticamente correcto.
—No he entendido nada, mamá —se queja la pequeña.
—Bueno, eres muy chica todavía. Demos tiempo al tiempo. Recuerda lo que siempre dice la abuela Encarna: Lo nuevo, no por serlo, es siempre mejor que lo antiguo.