UN NIÑO PIENSA EN LOS REYES MAGOS (MICRORRELATO)

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Cocina de una familia de clase obrera. Sentados, desayunando: un papá, una mamá y un niño llamado Luisito. Luisito lleva un tiempo rumiando algo que quiere decir, pero que no ha dicho todavía temiendo pueda ganarse una buena regañina. Por fin, cuando se ha apurado ya el tazón de leche con pan migado, propone a sus padres con voz insegura y temblorosa:
—¿Por qué no os divorciáis ahora, para los Reyes, y volvéis a reconciliaros al día siguiente, el 7 de enero?
Al papá se le atraganta la magdalena que está comiendo. La mamá suelta el asa de la taza de café que iba a llevarse a los labios. Ambos miran a su hijo como creyendo que acaba de volverse loco. El papá con un brillo furioso en la mirada le pregunta casi mordiendo las palabras:
—Por qué quieres tú que nos divorciemos mamá y yo, ¿eh?
—Sí, ¿por qué? —la mamá, sin el casi, muerde las palabras de su pregunta.
Luisito, aunque muy azorado, no renuncia a su proyecto.
—Bueno, los papás de David están divorciados y los Reyes Magos le dejan juguetes en casa de su madre y también le dejan juguetes en la casa que ahora tiene su padre. Así que, debido a la separación de sus padres, David recibe el doble de juguetes que recibo yo. Yo no quiero que viváis en dos casas diferentes ni tampoco que os divorcies para siempre, por eso os propongo que os reconciliéis al día siguiente de haber pasado los Reyes.
El papá y la mamá de Luisito se lo quedan mirando perplejos primero, luego se miran entre ellos consideran que lo cavilado por su hijo es una demostración de alta inteligencia, rompen a reír y le dicen que también a él los Reyes le van a dejar juguetes en dos casas, en la suya y en la de sus abuelos.
Luisito da un salto de alegría que lo descabalga de la silla y riendo también abraza a sus padres que, por nada del mundo quiere él que hagan lo mismo que han hecho los papás de su amigo David. Él los quiere bien juntos, amándose y amándolo a él.

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