Pablito tenía nueve años. Era un niño inteligente, sensible y poseedor de una curiosidad insaciable. Admiraba a su padre más que a ninguna otra persona del mundo. Pablo, su padre, tenía casi siempre una respuesta para las innumerables preguntas que a él se le ocurrían, a cada momento, hacerle. <
Posiblemente son muy pocas las personas que no desean ser felices. Opino esto desde mi experiencia personal, pues yo todavía no he conocido a ninguna que no quisiera o quiera ser feliz. De la felicidad habla todo el mundo. La persigue todo el mundo. Quizás hablan de ella, más que
El verano avanzaba consumiendo jornadas de sol abrasante. Un burro llevaba muchos días amarrado en una misma zona del campo, y se había comido ya hasta las raíces más profundas y ni el más incipiente brote de hierba asomaba por parte alguna. Los cagajones soltados por el eficiente descargador de
UNA TRIBU AFRICANA ENGENDRA HIJOS CANTANDO (Copyright Andrés Fornells) Soy un gran amante del continente africano. Son muy pocas las veces que lo he visitado, para las muchas y muchas que yo he deseado hacerlo. Supongo que, al igual que en todas partes habrá allí gente buena y gente que