UN MATRIMONIO QUE NUNCA DISCUTE (Minisucesos jocosos)

 

UN MATRIMONIO QUE NUNCA DISCUTE

 

  •  Una pareja fue entrevistada en un programa de televisión porque estaban casados desde hacía 40 años y nunca se habían peleado. El periodista, lleno de curiosidad, pregunta al hombre:
  • —Pero de  verdad ustedes, ¿nunca han discutido?  
  • —No —respondió el marido–. Nunca.
  •  —¿Y cómo es eso?
  • —Mi mujer ha sido criada por su padre, un guarda forestal con muy mala uva. Yo creía que su hija era diferente. De novios me dijo que ella era muy cariñosa, y yo la creí. Cuando nos casamos se vino a vivir con nostros una yegua a la que mi mujer apreciaba muchísimo. La cuidaba y mimaba de un modo admirable.  La yegua estaba ya muy mayor.  Un día mi mujer ensilló á esa vieja yegua el carruaje que tenía y decidió que fuesemos a dar un paseo. Llevábamos un buen rato disfrutando de la campiña cuando la yegua tropezó y quedó tumbada en el suelo. Mi mujer, disgustada, soltó una maldición y le ordenó muy enfadada:
  • –¡Levántate o te pego un tiro!
  • Con no poco esfuerzo, la yegua consiguió levantarse y continuamos nuestro camino. Al rato la pobre yegua tropezó de nuevo y quedó tumbada en el suelo. El doble de furiosa que la vez anterior, mi mujer le gritó:
  • –¡Levántate o te pego un tiro! ¡No te lo volveré a decir otra  vez más!
  • Al rato la yegua volvió a caerse. Mi mujer sacó de su bolso una pistola, le pegó un tiro a la yegua y la dejo muerta. Tan muerta que no pudo escuchar sus proximas palabras:
  • –Te lo dije, yo no aviso en balde.

A partir de aquel momento nunca ha habido problem alguno entre nosotros dos. Mi mujer siempre lleva una pistola en su bolso, y yo entré en la hermandad ASOMAOPF.

–¿Qué hermanda es esa?

–(ASOCIACION DE MARIDOS OPRIMIDOS PERO FELICES)

–Lo de oprimidos lo entiendo, no me queda claro lo de felices.

–Es que mi mujer cocina muy bien y, en la cama, cuando tenemos ganas de folklore, yo me tumbo y ella hace todo el trabajo.

El periodista pensó que se acababa de encontrar con un caso del Síndrome de Estocolmo.

 

 

 

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