BEIJING (CHINA) PARA LECTORES CON PRISA (Mis viajes alrededor del mundo)
Beijing, la capital de la República de China, con sus 21,54 millones de habitantes es una de las ciudades más grandes del mundo. El idioma oficial es el chino mandarín, aunque aparte de ésta se hablan también otras lenguas. La religión en China es politeísta y sincrética. Dominan por mayoría el Taoísmo y el Budismo, pero nadie rechaza a otras religiones minoritarias, tanto indígenas como foráneas.
La moneda oficial es el Renminbi (que significa moneda del pueblo) y su unidad básica es el Yuan (conocido como “kuai”). Cada yuan se divide en jiaos (conocidos como “mao”).
No se requiere ninguna vacuna para visitar este país, aunque son recomendables las vacunas contra la hepatitis si se viaja a zonas poco desarrolladas, y contra la encefalitis japonesa.
PRINCIPALES LUGARES PARA VISITAR EN ESTA CIUDAD:
El palacio de Verano, construido como jardín veraniego para los componentes de la casa imperial de la dinastía Qing, pues se trata de uno de uno de los parques imperiales más majestuoso de China. Está compuesto por el Lago Kunming que abarca las tres cuartas partes, y el resto la Colina de la Longevidad.
El Templo del Cielo, que se halla situado en la parte sur de la ciudad, es el templo más grande de China y es el lugar donde los emperadores de las Dinastías Ming y Qing rendían culto al cielo y rogaban les concedieran abundantes cosechas tan necesarias para un pueblo tan enorme como el chino. Las construcciones principales dentro de este templo son: La Sala Rogativa por Abundantes Cosechas, la Bóveda celeste imperial, el Muro del Eco y el Altar Circular. Una de las cosas que admiran al visitante en todos estos lugares antiguos es la enormidad de los edificios y de sus alrededores. Esos emperadores se sabían grandes y querían rodearse también de grandes espacios. Para mantenerlos limpios y debieron necesitar ejércitos de sirvientes.
La Plaza de Tian An Men es colosal y mundialmente conocida por los trágicos sucesos que significaron la muerte de varios estudiantes que hubo en ella. Recibe todos los días visitas masivas de turistas, principalmente del país y de países vecinos, donde son minoría los turistas occidentales. Esta plaza, situada en el centro de Pekín, con sus 40 hectáreas es la plaza mayor del mundo. Es también frecuentada por aficionados a volar cometas y, por las noches se convierte en lugar de paseo de muchos beijineses. Allí se encuentran asimismo la famosa puerta del pueblo (El Parlamento)
Y en el centro de esta inmensa plaza se halla el Mausoleo de Mao Zedong y el Monumento a los Héroes del Pueblo de 38 metros de altura con 8 bajorrelieves con alusiones a la guerra de liberación. En la pared del Mausoleo se encuentra un enorme retrato de Mao Zetung. Existen allí varias zonas acordonadas que impiden el paso a los visitantes. Mucho calor y puestos que venden botellitas de agua fresca por unos pocos yuanes y bastante más caros para los turistas que para los chinos.
La Ciudad Prohibida o Palacio Imperial (Aquí se filmó la película el “Último emperador) fue la residencia imperial durante las últimas dinastías Ming y Qing. Con sus 9999 habitaciones, no cabe duda de que es el palacio mayor del mundo. Está rodeado por una muralla y un foso de 50 metros de ancho. Contiene museos y salas públicas. Allí se llega, después de cruzar un canal por alguno de sus 5 puentes a la Puerta de la Armonía. Y allí se disfruta del Salón de la Armonía Suprema elevado sobre una triple terraza de mármol blanco. De las figuras de tortugas y grullas, símbolos en China de longevidad.
En el interior del Palacio Imperial se halla el trono de los emperadores, donde estos desarrollaban su actividad imperial. Al abandonar la Ciudad Prohibida puede verse una enorme piedra de 17 metros de longitud gravada con dragones. Se cuenta que, para poder traerla toda entera de una pieza tuvieron que esperar a que los canales se congelaran para poder deslizarla sobre su superficie de hielo. Merece la pena ver los varios museos que se encuentran dentro del colosal recinto y asimismo el Jardín Qianlong y su palacio, donde este longevo emperador se retiró tras abdicar a los 80 años. Según una leyenda, el Palacio Imperial lo diseño Luban, el dios de los arquitectos.
El Templo del Cielo. Antiguamente existían en Beijing 4 grandes templo en honor del cielo, la tierra, el sol y la luna. Aunque de todos ellos se conservan vestigios, el único que se conserva con toda su magnificencia, es precisamente el Templo del Cielo. Fue construido en 1420. Según las creencias de la China antigua, el emperador era el hijo del cielo. Debido a estas creencias los emperadores acudían a este templo dos veces al año, en primavera y otoño, a pedirles a sus antepasados, en el cielo, buenas cosechas para todo el país. Las buenas cosechas eran la mejor garantía de paz, y por lo tanto, de estabilidad del orden imperial.
El Palacio de Verano. Es un enorme jardín situado al noroeste de la ciudad. Refleja el espíritu de los últimos años de la dinastía Qing. Destruido y reconstruido varias veces, el actual es obra de principios del siglo XX, es un laberinto que refleja la compleja personalidad de la principal moradora que tuvo, la emperatriz Cixi.
Este palacio tiene dos partes fundamentales: El Lago Kumming y La montaña de la Longevidad. A las orillas del lago se encuentran las construcciones fundamentales de las que la emperatriz Cixi ejerció su poder. Especialmente interesante el Largo Corredor decorado con miles de pinturas que reflejan las escenas de la historia, la mitología, la poesía y las novelas famosas de China. Y donde se encuentra el bellísimo barco de mármol. Al fondo del lago se ven réplicas de los puentes más famosos del sur de China, cuyos originales se encuentran en Suzhou y Hangzhou. En la orilla este se encuentra la réplica del Puente de Marco Polo, en cuyas barandillas se han esculpieron 540 leones. En la montaña se encuentran algunos pabellones menores desde los que se puede observar el lago y, más arriba la pagoda del Buda Fragante.
La Gran Muralla. Es la única obra humana que se ve desde la luna, pues sus 6.000 kilómetros de largo la convierten en una de las mayores obras de ingeniería de la antigüedad. Se empezó a construir hace más de 2500 por los señores feudales que intentaban proteger sus dominios de la amenaza de las tribus nómadas del Norte.
La forma actual se debe al siglo III a. C. en que la hizo realizar el primer emperador Qinshihuang con la ayuda heroica de todo el pueblo chino. No obstante, la reconstrucción que se visita actualmente fue obra de la dinastía Ming. El tramo principal va desde el paso de Shanghaiguan en el Mar de China, hasta Jiayuguan en el desierto de Asia Central. Cada poca distancia hay torres de vigilancia, murallas secundarias, ramificaciones que, incluyéndolas, puede contarse con que hay más de 50.000 kilómetros de muralla construida. Cerca de Beijing está el lugar famoso: Badaling, que a unos 70 kilómetros de la ciudad es el lugar más famoso, más visitado. Juyongguan es el tramo de muralla más cercano a Beijing, a unos 50 kilómetros.
En este lugar suele haber menos gente, la subida a la muralla es más ancha pero muy empinada. Sus empinados escalones es un reto para las piernas, especialmente para ancianos y niños de corta edad. La mayoría de quienes inician su ascensión no pasan del primero y segundo tramo. Los atléticos alcanzan los diez y hasta más. Sea cual sea la altura que se alcance, el paisaje que se contempla es impresionante.
Es recomendable llevar una botella de agua, pues el esfuerzo que requiere la ascensión hace sudar la gota gorda. En los amplios aparcamientos para coches y autocares venden botellas de agua fría, y como es habitual, con un precio para los turistas y otro precio para los nativos. Esto es así en todo aquello que se compra en este inmenso y superpoblado país.
Otro lugar para subir a la Muralla es Mutianyu donde suele haber bastante menos gente porque es más cansado subir por esa parte, pero allí los que no quieren andar pueden subir a un teleférico que hay.
再见
Zàijiàn
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谢谢
Xièxiè
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