UNA NUEVA PROFESIÓN DE ESCÁNDALO (Minisuceso jocoso)
UNA NUEVA PROFESIÓN DE ESCÁNDALO
Acabamos de entrar en la estación esa en que sin pudor alguno, ni pago previo, los árboles caducifolios se están desnudando tanto dentro de la privacidad de los jardines de los magnates como en terreno público.
Decía Albert Camus: “El otoño es una segunda primavera cuando cada hoja es una flor”. La imaginación es bella, la imaginación da que pensar, la imaginación da risa muchas veces. Y esto último viene a cuento porque los “sesudos” vividores de Bruselas, según ha llegado a mis asombrados y resignados oídos, han creado para la industria avícola un nuevo empleo que consiste en que quienes se dedican a esa “pollística” industria tengan un gallo por cada veinte gallinas y un empleado para que masturbe a esos gallos para de este modo, mermado de energías el de la cresta tiesa, no pueda batir records todos los días. Después de leer esto posiblemente millones de desocupados querrán averiguar dónde hay que ir para conseguir una plaza de masturbador de gallinas. Ruego que, si algún lector de este modesto escrito mío conoce este importantísimo dato lo ponga en Facebook para que los amantes del morbo y los innumerables desempleados que quieren dejar de serlo puedan acudir con sus solicitudes.
