2025 AÑO NUEVO, VIDA NUEVA (MICRORRELATO)
Todos los años, los terrícolas consumistas que sobrevivimos a ese estúpido tragarse doce uvas en un tiempo que, a ritmo normal, solo nos tragaríamos tres, nos hacemos un buen número de propósitos para el nuevo año que comienza. Los más habituales son: dejar de fumar los fumadores, de beber los alcoholizados, aprender idiomas los sueltos de lengua, seguir una dieta los gordos, perdonar a nuestros ofensores los santos, y creer que es cierto eso de que Hacienda somos todos, y obrar en consecuencia.
El propósito mío de este año nuevo es dedicar más tiempo a mi familia y a los amigos verdaderos, y menos tiempo a mis “amigos parásitos”.
En ambos propósitos he fracasado en los años anteriores, pero quizás este año lo consiga y, si no, diré como aquel que se le escapó su perra y salió en su persecución gritando su nombre.
“La Esperanza” es la última virtud que debe perderse. No hace falta diga el nombre que tenía la perra escapada, ¿o sí?
Por supuesto que no todos somos Sherlock Holmes, pero poniendo un poco de voluntad…
(Copyright Andrés Fornells)