EL VIVO AL BOLLO… (MICRORRELATO)

(Copyright Andrés Fornells)
En un camposanto, cierta mañana con sol y pájaros cantando en los serios cipreses que rodean este pacífico y nada bullicioso lugar, un hombre llora desconsoladamente delante del nicho donde reposan los restos de su querida esposa.
Dos metros más lejos de donde se halla él, una dama enlutada llora desconsoladamente la muerte de su querido esposo.
Cuando la mujer doliente retira su empapado pañuelo de los ojos, el también doliente caballero se suena la nariz. El ruido que con ello hace decide a la viuda volver la cabeza hacia el viudo. Él nota la mirada de ella y la mira también. El hombre curva su boca forzando una sonrisa. Ella curva la boca suya y fuerza también una sonrisa. Evidentemente se han gustado porque en sus pupilas se ha avivado el brillo que mantenían apagado.
Él habla primero:
—La soledad mata, ¿verdad, distinguida dama?
—Gran verdad es esa, distinguido caballero.
—Me gustaría invitarla a una tila. ¿Dispone usted de tiempo?
—Dispongo de mucho tiempo y la tila me gusta.
Los dos se juntan, dan la espalda a sus difuntos y se alejan acompañados de una renovada esperanza.

Read more