VILLAVICENCIO (COLOMBIA) PARA LECTORES CON PRISA

VILLAVICENCIO (COLOMBIA)

 

Villavicencio es una ciudad colombiana, capital del departamento del Meta, y el centro comercial más importante de los Llanos Orientales, con una población urbana de 408. 000 habitantes. Está situada en el Piedemonte de la Cordillera Oriental, al occidente del departamento del Meta, en la margen izquierda del río Guatiquía, y a 89,9 km al sur de la capital de Colombia, Bogotá.

 

Villavicencio posee algunos de los paisajes más hermosos que he visto en mis numerosos viajes por el mundo. Arboledas y pastizales infinitos que parecen llegar hasta el mismo fin del mundo, y que te producen la misma sensación de libertad que el ancho mar cuando miras a un horizonte sin final. 

 

Villavicencio, además de su agradable clima, ofrece a quienes la visitan, hoteles lujosos, parques bonitos y restaurantes típicos de muy buena calidad. En la plaza principal de esta magnífica ciudad se levantan, muy cerca uno de otro, dos bustos: el primero representa a Santander y el segundo a Bolívar. Es la manera como los villavicenses resolvieron la discusión en torno de la importancia de uno u otro prócer. La presencia de estas dos caras podría representar, también, la dualidad de una ciudad que a lo largo de su historia ha mirado en dos direcciones: a la llanura, de la cual es puerta, y a la cordillera donde está la capital del país.

 

Las comidas típicas de Villavicencio son varias: el hervido de gumarra (gallina que se cocina con los más exquisitos adobos y se sirve acompañada de plátano y yuca), la mamona, el sancocho de gallina, el pan de arroz, los tungos (envueltos de arroz con cuajada), el picadillo (carne seca que se corta en pedacitos y se pone a cocinar hasta que esté bien blanda y se acompaña con plátano), la cachama, la mojarra y las hayacas principalmente. Y hay que probar, como postres, los plátanos pasos (topochos maduros que se colocan en la leña diez minutos, luego se hierven en agua por cinco minutos, se cuelgan a la intemperie y cuando la cáscara está completamente negra y seca se coloca en el sol por varios días).

 

Entre las bebidas merece la pena consumir el café cerrero, el vinete (bebida con corteza de palma de moriche), el masato de arroz (elaborado con harina de arroz), el guarulo, la preparada o sirope, el guarapo y el berraquillo.

 

Y todo aquel que visite Colombia no debe perderse EL COLEO, esa actividad propia de los hombres en los trabajos de ganadería, que por su aceptación popular fue ganando espacio dentro de las expresiones de la región, hasta llegar a ser considerado deporte nacional. Este proceso se inició en la sabana cuando se coleaba desde el caballo para detener la res arisca, después pasó a celebrarse en calles cerradas o mangas en las fiestas patronales y festividades locales, en los que se conoce hoy como el parque del Hacha y el barrio San Fernando. La faena diaria del llanero se convirtió desde hace algunos años en una demostración de la riqueza, folclórica y lo que es más importante, la valoración del patrimonio cultural del pueblo metense.

 

Existen diferentes formas de trabajo de llano entre los que encontramos: el ordeño de la vaca mañosa, monta de toro matrero, monta de potro cerrero, enlazada y herrada de becerro, y carrera de caballo a pelo entre otras. Todos ellos impresionantes espectáculos que se ganan la admiración de propios y extraños.

 

Mi recomendación es que todo aquel que visite la bellísima y fascinante Colombia, dedique parte de su tiempo a conocer Villavicencio, que es una de las más notables  maravillas que posee este extraordinario país que honró el apellido de Cristóbal Colón (Colombo en italiano, columbus en latín, un animal que simboliza la paz). Fue el venezolano Francisco de Miranda quien, para nombrar a la unión de repúblicas de América, luego de independizadas, le rindió homenaje a su descubridor dándole ese nombre.  

 

¡Viva Colombia, país hermano!

(Villavicencio década 1860, según Wikipedia)