UNA PRECIPITACIÓN HISTÓRICA (MICRORRELATO)
UNA PRECIPITACIÓN HISTÓRICA
Nunca tomemos una decisión precipitada. Concedámonos un tiempo de reflexión. Recordemos a Píramo que creyendo por las apariencias, al ver la capa destrozada de su querida Tisbe, que el león que desaparecía en la espesura se la llevaba muerta, convencido de que sin ella no le merecía la pena vivir, se dio muerte con su puñal. Al ver muerto a su amado, con ese mismo cuchillo se mató ella. Si en vez de tomar tan precipitada decisión Píramo y se hubiese detenido por lo menos a llorar su desgracia, Tisbe, al llegar junto a él lo habría encontrado vivo y los dos habrían podido celebrarlo con algo maravilloso, por ejemplo, haciendo el amor.