El anciano Jerónimo Díaz vivía solo en una modesta casita mucho más vieja que él. Como tenía por costumbre, se levantó otro día más con el alba. La noche anterior había estado un rato viendo un documental sobre unas grandes minas de cobre situadas en una nación del continente africano.
Américo Banana había nacido en la tierra de los toros bravos. Una noche de discoteca, Américo conoció a una chica inglesa que se llamaba Godiva. Godiva y Américo disfrutaron tanto bailando pegados, que consideraron sería un auténtico gozo, para ambos, conocerse íntimamente. Fueron al desordenado apartamento de él y en
No quiero salir a la calle. No quiero ver nada ni a nadie. Ni que nadie me vea. Aquí, encerrado en el dormitorio, la sigo teniendo. Sigo percibiendo su perfume, escuchado su amada voz, sintiendo su presencia a mi alrededor. Escucho su andar ligero, su caminar de pasos suaves, elegantes.
Los Panchos es un grupo de músicos que podríamos llamar eternos. Sé que se han renovado varias veces, pero lo han hecho tan bien que siempre parecen ser los mismos. Me estoy refiriendo a ellos porque hace un momento he escuchado por la radio una canción suya que me cantaba