UN GRAN AMOR A ESCONDIDAS (MICRORRELATO)

UN GRAN AMOR A ESCONDIDAS (MICRORRELATO)

Anoche, cuando te fuiste de mi cama quedé, como tantas otras veces, en compañía del delicioso sabor de tus besos en mi boca, mis manos deseosas todavía de seguir acariciándote, unas sábanas arrugadas y una almohada impregnada de tu perfume. Pero también quedé rodeado de la insoportable soledad, tristeza y vacío insondable.

 Puse el CD con nuestra canción favorita I Can’t Stop Loving You. Y recordé las últimas palabras que cambiamos antes de que te marcharas:

—<<Descubramos al mundo entero nuestro amor y afrontemos las consecuencias. No suframos más este tormento de vivirlo separados y a escondidas.

—¿Sabes qué ocurriría si publicásemos a los cuatro vientos que nos amamos? —me recordó aterrada.

Leí en sus adorables ojos negros una compasiva mezcla de admiración y espanto.

—No creo que tu marido se atreviese a hacernos nada —aventuré manteniendo mi valentía.

—No lo conoces —aseguró acariciando mi rostro con ambas manos—. Es un criminal sin escrúpulos ni conciencia. Nos mataría a los dos, sin dudarlo un instante. Que es lo que hará si descubre nuestra relación.

—Si hiciese eso terminaría con sus huesos en la cárcel y no podría disfrutar de la sucia, sangrienta fortuna que ha reunido.

—Él no terminaría en la cárcel, mi vida. Organizaría para que nuestra muerte pareciese un accidente de algún tipo. Ha eliminado de ese modo a más de una persona que le estorbaba o significaba un peligro para él.

—Es tan penoso, tan cruel vernos a escondidas como dos malhechores y, a menudo, con largos intervalos de tiempo…

—Es infinitamente mejor ser dos malhechores vivos, que dos malhechores muertos. Si sufres mucho por esta situación nuestra, podemos dejar de vernos.

—Eso sería igual que suicidarme.

—También sería eso mi suicidio. Vamos a seguir así, a no ser que decidas no vernos más.

—Te veré a escondidas todo el tiempo que sea posible.

—Me voy. Piensa en mí.

—No puedo pensar en otra cosa, y tú lo sabes.

—Lo sé porque a mí me ocurre lo mismo con respecto a ti>>.

Cuando ella terminó de vestirse nos dimos un beso de despedida. Manteníamos la luz apagada. Vi su difusa silueta en el marco de la puerta cuando salía del dormitorio. Luego el sonido de sus pasos y unos pocos segundos más tarde la puerta de la calle al cerrarse.

Sequé mi lágrimas con una punta de la sábana y seguí escuchando al extraordinario, muchos años desaparecido, músico ciego: Ray Charles.

I've made up my mind
To live in memories of the lonesome times
(I can't stop wanting you)
It's useless to say
So I'll just live my life in dreams of yesterday (dreams of yesterday

RAY CHARLES https://www.youtube.com/watch?v=NjxAH5GrBKU

Si te ha gustado este relato quizás también te guste leer mi libro "Amanecer en el Paraíso de Shaikra", disponible en AMAZON pulsando este enlace: https://www.amazon.es/dp/B0FHG2CFHH