SIN ELLA (RELATITO)

SIN ELLA (RELATITO)

No quiero salir a la calle. No quiero ver nada ni a nadie. Ni que nadie me vea. Aquí, encerrado en el dormitorio, la sigo teniendo. Sigo percibiendo su perfume, escuchado su amada voz, sintiendo su presencia a mi alrededor. Escucho su andar ligero, su caminar de pasos suaves, elegantes. La cercanía de su almizclado, amoroso aliento cuando sentado delante de su silla tomo café o como.

Aquí dentro, ella todavía existe para mí. Si abandono esta habitación la habré abandonado también a ella, y eso no puedo hacerlo, no debo hacerlo, no quiero hacerlo.

Por entre los visillos de la ventana, que sus primorosas manos elaboraron, advierto que está oscureciendo. Se desvanece poco a poco la claridad del día. Es una circunstancia exterior que no me afecta. Dentro de mí se hizo noche, noche eterna, a partir del momento en que la perdí. Noche oscura, negra, fatídica, macabra, que me envolvió con su negro y siniestro manto tapándome la luz de la alegría, de la felicidad.

 Cuando unes de verdad tu vida y tu alma a otra persona quedas solo con la mitad del ser humano que eras antes de realizarse esa prodigiosa unión, y esa mitad que diste ya no puedes recuperarla nunca más. La has perdido para siempre. Se la llevó ella.

Y con esa mitad que me queda ahora debo yo seguir viviendo, ¿pero puede llamarse vivir a lo que uno hace cuando está muerto por dentro?

(Copyright Andrés Fornells)