SE ROMPIÓ SU RELACIÓN (RELATITO)
Paquita era joven, bella y caprichosa. Las dos primeras realidades eran, en ella de mayor duración, que la tercera. Por esta razón, únicamente, un día cualquiera ella descubrió que su prometido, Alfonsito, había dejado de gustarle y decidió terminar de inmediato la relación que mantenían. Era domingo, él la llamó al móvil y le propuso:
—Oye, tía, podemos ir al cine esta tarde. Echan una película erótica, muy buena, en el Emporium. Compraré palomitas y chocolatinas y lo pasaremos muy guay.
—No, tío. No quiero ir al cine contigo ni tampoco que compres palomitas y chocolatinas para los dos —rechazó Paquita mostrando total desgana.
—¿Por qué no quieres ir al cine conmigo, tía, ni tampoco quieres que compre palomitas y chocolatinas? —desconcertado él.
—Porque en cuanto apagan las luces tú te me tiras encima, como un león de la selva, hambriento de una semana, me tocas por todas partes y me llenas la cara de babas.
—Yo pensaba que eso te gustaba, tía —a punto de echarse a llorar él.
—Pues no me gusta nada, que lo sepas, tío. Todo lo contrario: me enfurece y disgusta.
—Bueno, pues vayamos al cine y yo no te tocaré ni besaré ni comparé nada —resignándose él.
—Ahora lo tengo bien claro, tío. Tú no quieres tocarme ni besarme ni compartir chuches conmigo, porque yo te doy asco. Después de esto, entenderás que yo no quiera saber más de ti. Hemos terminado para siempre. En adelante, tú en tu casa, yo en la mía, y Dios en la de todos. Hasta nunca.
Un cuarto de hora más tarde, Alfonsito continuaba manteniendo el móvil en su mano, boquiabierto de asombro y sin encontrar qué había hecho él para haberse quedado sin la chica que tanto le gustaba.
Alfonsito aún no sabía que acababa de engrosar el numerosísimo grupo de varones que no saben nada sobre las mujeres y, por lo tanto, no las entienden. Lo peor para estos hombres desconcertados es que no son capaces de renunciar a ellas.
(Copyright Andrés Fornells)
