SE CASARON DISFRAZADOS DE VAMPIROS (MICRORRELATO)
Jack Goneback, de 23 años de edad, y Connie Windslow, de 22, se casaron disfrazados de vampiros y con la cara pintada de blanco, en una casa encantada cerca de Disneyland, Estados Unidos. Jack llegó a la boda tumbado dentro de un ataúd, transportado primero por un vehículo fúnebre y luego por seis portadores vestidos de negro y con los labios pintados de rojo sangre.
El oficiante iba vestido como el legendario actor Boris Karloff aparecía en las películas de terror que tanto éxito tuvieron por los años 30. Después de realizada la ceremonia habitual, el celebrante invitó a los novios, vestidos de riguroso negro y con las caras blanqueadas a que se besaran.
Ni a él ni a ninguno de los testigos presentes sorprendió el que los recién casados se mordieran, ávidamente, el cuello.
Antes de llegar a los cinco meses de casados Jack y Connie tuvieron un niño. Ni a familiares ni a amigos de esta pareja sorprendió este hecho, pues todos conocían que se acostaban juntos desde mucho antes de haberse desposado.
Tuvieron un bebé que, cuando terminó su pacífico y chupador periodo de lactancia causó a sus padres un disgusto morrocotudo al decirles, firme y categóricamente:
—A mí me alimentáis con la dieta Mediterránea o me voy con los abuelos que son unos granjeros que comen como Dios manda.
Jack y Connie, incapaces de aguantar a aquella criatura dispuesta a morir de hambre y berreando todo el santo día, la llevaron con los abuelos granjeros y se hicieron, ella el ligamento de trompas, y él la vasectomía. Hasta este elevado punto había llegado su disgusto y frustración.
