ROTURA AMOROSA
ROTURA AMOROSA
Agripina era una chica muy hermosa.
Rompí con ella porque tenía la
mala costumbre de salir de
noche, sin mí, montada,
en su escoba negra.
ROTURA AMOROSA
Agripina era una chica muy hermosa.
Rompí con ella porque tenía la
mala costumbre de salir de
noche, sin mí, montada,
en su escoba negra.
Un libro deliciosamente erótico, divertido, trágico, desvergonzadamente sincero y real. Ciertos tipos de hombres y de mujeres son retratados con sus virtudes, sus defectos, sus bajezas y sus grandezas. Quizás su lectura escandalizará a los fariseos que, posiblemente no habiendo nunca amado a nadie, pretenden dar lecciones de amor. O
BREVE HISTORIA DE UN MENDIGO Acudía un mendigo a la puerta del mercado donde yo hacía la compra un par de veces por semana. Por lo andrajoso, barbudo y sucio que iba, a muchos despertaba lástima, yo me encontraba entre ellos y dándole un par de euros le decía: —Para
Agapito Muelas, muy consternado y abatido, contaba a su amigo Celso Pelilla, sentados ambos a una mesa del bar que frecuentaban: —Nada, no he conseguido nada de Liliana. Cuando a los dieciocho años le declaré mi amor, ella me rechazó diciendo que yo era demasiado joven, y ahora, a mis
China y Pochi, dos adolescentes con cuerpos adornados con tatuajes y piercings, despiertan cerca del mediodía con resaca de caballo, consecuencia de una gloriosa noche-madrugada de no menos glorioso botellón. Bostezos cavernícolas por partida doble. —Joder, tía, alucino. Qué mierda cogimos anoche. Estoy muerta de hambre, ¿tú no? —Yo igual,