¡RECUERDOS ENTRAÑABLES! (MICRORRELATO)

 

Cuando yo era muy chico y veía a mi madre con cara de enfado y con su zapatilla en la mano, después de haber yo cometido una travesura gorda, no le preguntaba el número de pie que calzaba, sino que echaba a correr todo lo que daban de sí, mis piernas flacuchas, con la intención de salvar mi trasero corriendo más que ella. Algunas veces lo conseguía y, otras, no.
Hoy que no te tengo más conmigo, madre querida, lo que yo haría en el caso de tenerte cerca sería correr hacia ti y darte todos los abrazos y todos besos que, por avatares de la vida y la distancia entre ambos, no pude darte a lo largo de muchos años

Read more