OTRO ALI BABA MÁS (MICRORRELATO)
Aniceto Verdiales mostró desde muy niño un gusto extremo por las historias antiguas. Como Robín Hood, el príncipe de los ladrones enfrentándose a los ricos para defender a los pobres. La del molino de sal, sobre un gigante que produce mucha, y un duende celoso la arroja al mar y por eso su agua es tan salada. Y la que más le había gustado de todas había sido Ali Babá y los 40 ladrones.
Aniceto Verdiales llevaba la tira de años alardeado de la extremada honradez que practicaba y que todos, tanto los próximos a él como los alejados, le reconocían.
Pero un día, a Aniceto Verdiales se le ocurrió meterse a político, tuvo mucho éxito en esta nueva profesión (o lo que queramos llamarlo) y entonces, imitando al tal Ali Baba, personaje que lo había fascinado en su niñez, les abrió las arcas del llamado dinero que no es de nadie a sus 40 familiares y amigos y todos se hicieron ricos.
(Copyright Andrés Fornells)