OH, MUJER, MUJER (PÍLDORAS FILOSÓFICAS)
Oh, mujer, mujer; cuando noto la posibilidad de debilitarse el inmenso amor que nos tenemos, colocó mi espalda contra la tuya, espero unos instantes, inmóvil, anhelante, acelerado de gozo el ritmo del corazón; luego me doy media vuelta y te descubro de nuevo, te miro al fondo de los ojos y ahí sigue manando esa catarata tuya de amor, que me enamoró en su día y sigue enamorándome. Infinitas gracias, mujer, mujer, por existir y por quererme.