NO HAY DOS SIN TRES (MICRORRELATO)
NO HAY DOS SIN TRES
- Dos amigas de avanzada edad tomaban té con pastas en casa de una de ellas que, en aquel momento estaba exponiendo lo siguiente:
- —Estoy asustada, Conchi. ¿Conoces el refrán: No hay dos sin tres? Verás, esta mañana se me pinchó una rueda del coche y se me murió ese precioso canario mío. Ese que tú decías su canto sonaba como las cuerdas de un violín húngaro. Ya verás tú…
- —Mira que eres supersticiosa, Encarna. En las tonterías que crees…
- En aquel momento el techo se desmoronó encima de ellas.