NO ERA TODO IGUAL QUE ANTES (MICRORRELATO)

NO ERA TODO IGUAL QUE ANTES
—Agapito, veo que a ti no te han afectado para nada ni la inflación, ni la subida de la luz, ni la subida de la gasolina, pues tú siguen viviendo igual que siempre. Sigues cogiendo el coche todos los días, encendiendo las luces de tu casa y tomándote, por las mañanas, un café en el bar.
—Sí, sigo haciendo todo eso que has dicho, pero con la diferencia de que antes, con el café desayunaba y ahora no, el coche lo cojo solo para asistir al trabajo y no lo uso para visitar a mis padres, enciendo la luz del salón y el resto de la casa la recorro a tiendas, y antes de que nos llegase esta ruina no le quedaba a deber un céntimo a nadie, y ahora me persiguen por todas partes los acreedores, y más de uno con intenciones de agredirme.
—Agapito, estamos los dos igual. ¿Pasan quienes nos gobiernan los mismos apuros que nosotros dos?
—Pregúntales a ver que te dicen.
—Me contestarán que hace muy buen día para pasear.
—Pues eso. Tú preguntas una cosa y ellos te contestan una cosa que no tiene nada que ver con lo que preguntaste. Vamos, te invito a un trago de agua de la fuente que hay en la Plaza Mayor.
—Antes me invitabas a una cerveza.
—Tú lo acabas de decir: antes.
—Sí, antes. Es que nosotros, el pueblo, hablamos muy claro y todo el mundo nos entiende.