MI CORAZÓN ERA UN PÁJARO MUY LOCO (MICRORRELATO)
Durante un periodo muy largo de tiempo tuve un corazón que, al igual que un pájaro loco volaba de aquí para allá. Viéndole tan alterado yo le preguntaba:
—Pero ¿qué te pasa, desasosegado tambor? ¿Por qué no te estás quieto en tu sitio igual que hacen otros corazones?
Y tú me contestabas:
—No puedo. Estoy buscando algo y me desespero porque no lo encuentro.
—Pero ¿qué es lo que buscas que te tiene tan desasosegado?
—No lo sé todavía. Cuando lo encuentre lo sabré.
—¡Pues ya estás tardando, no te quiero todo el tiempo descontrolado! —enfadándome con él
Una mañana salí de casa y cogí el autobús urbano que me dejaría cerca de la gestoría donde yo estaba empleado, media hora antes de lo habitual pues debía terminar un trabajo que nos urgía. Y en ese autobús te vi, y tú me viste, y los dos tuvimos la impresión de que no íbamos a cansarnos nunca de mirarnos a los ojos ni de sonreírnos.
Yo empecé a coger ese autobús todos los días para poder coincidir contigo. Tardamos poco en hablarnos. Los dos moríamos de ganas de dirigirnos la palabra. Fue para ambos una extraordinaria delicia conversar. Lo convertimos en un placer diario. Y un buen día me di cuenta de que mi corazón, sólo se comportaba como un pájaro loco estando yo contigo. Lógicamente le pregunté al respecto:
—¿Sentaste la cabeza que solo vuelas cuando estoy con Lupita?
—No. Es que encontré mi nido y ahora solo me apetece revolotear a su alrededor.
Y pasan los años y así seguimos, yo enamorado perdido de Lupita y mi corazón anidando en el corazón de ella, que ni le cobra alquiler ni le dice que se vaya, sino que le dice siga eternamente siendo su inquilino.