LOS ÚLTIMOS SERES HUMANOS QUE RESPETAN LA NATURALEZA
Muchos de los que presumimos de pertenecer al privilegiado grupo de los seres civilizados somos unos engreídos destructores que llevamos camino de conseguir el más perverso de todos los éxitos: destruir nuestro planeta. Y destruimos nuestro planeta porque en este engreimiento suicida nuestro nos hemos creído que todo cuanto fue creado es nuestro. Y con esta expropiación nos arrogamos el derecho a usarlo todo, destrozarlo todo y matarlo todo.
Hace ya mucho tiempo que comenzamos a destruir la Amazonia cuyos indefensos habitantes seguimos envenenando para quedarnos con sus tierras y con las riquezas que esas tierras encierran en sus entrañas.
Esos indígenas son los auténticos dueños de ese maravilloso universo verde, donde todavía sobrevive parte de la flora y la fauna más hermosas y ricas de nuestro planeta. Esos indígenas a los que llamamos salvajes son infinitamente más civilizados que muchos de nosotros endiosados por los adelantos tecnológicos logrados y no por nuestra deficiente solidaridad, humanidad y empatía. La principal meta y ambición de esos indígenas consiste en dejarles a sus hijos ese mundo tan rico y hermoso en el que viven, igual que ellos lo recibieron de sus antepasados.
Esos seres, que muchos arrogantes del mundo capitalista injustamente llamamos salvajes creen que en los árboles moran espíritus y deben respetarlos. Por eso cuando cortan uno de ellos para hacerse una piragua, que les es imprescindible, le piden perdón y plantan otro árbol para suplir al que le han arrebatado a la madre de todos ellos: la Naturaleza.
Luchemos contra esas multinacionales codiciosas y sin conciencia que están destruyendo nuestro mundo y no nos quedemos cruzados de brazos porque ese mundo que nos destrozan no es únicamente el nuestro, es también el de nuestros hijos, nuestros nietos y los descendientes de todos ellos.
Si quieres conocer más cosas sobre la Amazonia y sus habitantes, puede que te sirva de ayuda leer mi libro EL BAILE DE LOS DELFINES SAGRADOS.
(Copyright Andrés Fornells)