HOMENAJE A LA MUJER DE LAS MIL CARAS (MICRORRELATO)

HOMENAJE A LA MUJER DE LAS MIL CARAS (MICRORRELATO)

Se llamaba Greta. Tenía una buena figura y un rostro que, sin ser hermoso parecía serlo extraordinariamente debido a las seductoras expresiones que ese rostro poseía, y, sobre todo, a sus ojos que dejaban embelesado al que miraban, o los miraba.
Se dio a conocer, a nivel mundial en el cine donde enseguida se convirtió en la más famosa y cotizada de cuantas actrices se hallaban en aquel momento en la cúspide de la fama, eclipsándolas a todas.

En los diferentes personajes que interpretaba siempre estaba genial, insuperable. En todos esos personajes que encarnaba conseguía dejar absolutamente fascinados, subyugados, hechizados a los espectadores.

Podía convertirse en una espía valiente, misteriosa, desconcertante. Podía interpretar a una vampiresa seductora, voluptuosa, irresistible. Podía convertirse en una reina rebelde, caprichosa, capaz de renunciar a su reino por amor. Podía interpretar a una joven marginada y enamorar con sus encantos a un apuesto multimillonario, etc. En todos los personajes a los que dio vida, estuvo perfecta, sublime, magnífica.

Un día, cuando se hallaba en la cúspide de la fama, consideró que su extraordinario éxito, la admiración que la tenía el mundo entero no le servía para ser feliz. Y que ser feliz era infinitamente más valioso, más importante para ella que la riqueza, la fama y los merecidos homenajes de admiración que recibía en el mundo entero.
Y ese día se retiró, renunció a la gloria y al glamur, y volvió a ser su propio personaje, el personaje que ella estaba segura le haría dichosa, aunque nadie aparte de ella lo entendiera así.

Y ese personaje que procuraba pasar desapercibido en todas partes, fue el que estuvo interpretando hasta el fin de sus días, fin que llegó manteniéndose ella en total anonimato, tal y como quería.

Lo que no pudo evitar ni seguramente quiso hacerlo, fue borrar su inmortalidad y el ser considerada, por muchos, la mejor y más carismática actriz de todos los tiempos.

Multitud de aficionados al séptimo arte lo han creído así, yo uno más entre ellos.