ESCRIBIR O NO ESCRIBIR LO DECIDÍA SU GATO (MICRORRELATO)
(Copyright Andrés Fornells)
Filiberto Zapatones era un escritor de los considerados del montón: o sea que si no emplease la mayor parte de su tiempo en un empleo diario de ocho horas (en su caso trabajando de traductor) habría muerto de hambre.
Cuando a Filiberto lo abandonó su infiel mujer, por otro hombre menos culto, pero más divertido que él, este escritor sin éxito volcó el cariño que todavía guardaba en el amargado corazón, en su gato “Popeye”.
Generalmente, “Popeye”, los fines de semana que era cuando su dueño dedicaba más tiempo a la escritura, dormitaba durante horas en lo alto de la mesa, al lado de su ordenador sin que le molestase el ruido que hacían los veloces dedos del escritor golpeando el teclado.
Pero de vez en cuando, “Popeye” se acostaba encima del teclado y para no molestar al gracioso felino, que tanta compañía le hacía, Filiberto comentaba disculpándole:
—De momento no voy a escribir nada. “Popeye” ha entendido que hoy me encuentro algo falto de inspiración.