ESA BELLÍSIMA, DOBLEMENTE CURVADA PARTE TRASERA FEMENINA (ARTE)

ESA BELLÍSIMA, DOBLEMENTE CURVADA PARTE TRASERA FEMENINA (ARTE)

Desde el primer día en que Adán miró a Eva totalmente desnuda sintió una atracción tan poderosa que prefirió contemplarla a ella mucho más que a las paradisíacas maravillas que les rodeaban.

¿Cuáles eran los encantos de Eva que más enamoraban a Adán? En un principio todos, desde el pelo a los pies. Luego de haberlos adorado, acariciado y gozado, destacó por encima de todos los demás encantos: los senos, la vagina y las nalgas.

Y tal como el Buen Dios había planeado, para no cansarse Él creado más seres humanos, Adán y Eva disfrutaron dedicándose, con meritorio entusiasmo, a poblar el mundo.

Transcurrieron siglos y siglos y a unos descendientes de los primeros padres llamados romanos y griegos, les dio por esculpir cuerpos masculinos y femenino. La escultura que vemos arriba es “La Afrodita de Las Bella Nalgas (Kalligloutos), semidesnuda y perteneciente a la época helenística. De esta escultura se han hecho numerosas copias.

La admiración masculina por esta parte trasera femenina que impunemente puede ser admirada,  cuando un varón camina detrás de una hembra, no ha decaído un solo punto a través de los siglos entre los hombres que aman a las mujeres.

En esos tiempos en que los romanos y los griegos esculpían hombres y mujeres sensuales y la sensualidad reinaba sin tapujos, hipocresías ni prohibiciones, le dedicaron un templo a la diosa de Los Hermosos Glúteos.

En esa época de placeres carnales sin censura, un tal Arquelao de Quersoneso, contó en sus versos yámbicos algo parecido, a lo que escribiré yo a continuación:

Un granjero tenía dos hijas muy hermosas. Ambas jóvenes discutían a menudo sobre cuál poseía un trasero más bello.

Un día que fueron a la ciudad, viendo al hijo de un hombre acaudalado caminando por la calle, se acercaron a él y parándose delante le enseñaron sus nalgas y pidieron les dijera cual le parecía la más hermosa. Después de observarlas detenidamente, él escogió las nalgas de la hermana mayor asegurándole que jamás había contemplado un culo que lo excitase tanto como el suyo.

Y como ambos jóvenes se gustaron muchísimo, tras emplear un breve espacio de tiempo en preliminares, practicaron el amor camero y lo disfrutaron tan exageradamente, que el rico heredero decidió se casaría con la hermosa campesina. Y le contó a su hermano pequeño que su chica tenía una hermana casi tan escultural como ella. El hermano menor fue hasta la granja, vio a la hermana por delante y por detrás, se fueron juntos al pajar y se enamoraron locamente haciendo lo que hicieron hasta agotarse.

Y los dos jóvenes herederos se presentaron delante de su rico padre y le dijeron que querían casarse con las dos campesinas en vez de con las chicas de su clase elevada.

Este buen padre, después de examinar a las dos campesinas por delante y por detrás, autorizó la doble boda.

—Queridas muchachas, con esos divinos traseros que poseéis les despertáis la libido hasta a un muerto.

Aquellos dos matrimonios eran tan felices, que despertaban la admiración y la envidia de cuantos los conocían.

Pasado un tiempo, las dos hermanas, con parte del dinero de sus cónyuges le construyeron un templo a la diosa que admiraban. Y lo llamaron: Templo a Afrodita la de las Bellas Nalgas.

Existen varias versiones de esta historia que acabo de contar. Yo he elegido la que considero es la mejor.

La escultura que encabeza mi escrito posiblemente la encontréis en el Museo Arqueológico de Nápoles.

(Copyright Andrés Fornells)

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