ERROR REPETIDO (MICRORRELATO)

(Copyright Andrés Fornells)

Gertrudis llama desesperadamente al móvil de Arturo. él lo tiene apagado.
Le urge detenerlo antes de que llegue a la estación o, por lo menos antes de que suba al tren. Desesperada se lanza a la calle. Corre como una loca sin hacer caso de la gente que la observa con curiosidad, con sorpresa. En la carrera sus senos vencidos por el peso de la edad bambolean exageradamente debajo de la ligera blusa que lleva puesta. Con la madurez todos los senos femeninos, no solo los suyos, pierden firmeza, dureza, altivez.

Pero Gertrudis no alcanza a Arturo a tiempo. Cuando ella llega a la estación, el tren que él cogió ha partido ya. Gertudis toma asiento en un banco, Llora desconsolada. Se arrepiente mil veces de haberle dicho que se fuera, que no lo quería más en su vida. Nada más cerrar él la puerta de su casa, ella se dio cuenta de que lo amaba de verdad. Pero tardó demasiado en reconocerlo, en reaccionar. Su orgullo la había hecho perder unos minutos decisivos.

Durante toda su vida había cometido una equivocación tras otra, y de nuevo, una vez más se había equivocado. ¿Se le ofrecería una nueva oportunidad para no equivocarse?
Desde un árbol cercano un cuervo graznó.