EL MOTIVO POR EL QUE MARICONCHI RECHAZÓ A UN PRÍNCIPE AZUL (MICRORRELATO)
Mariconchi había nacido guapa, presumida y caprichosa. Los pretendientes le duraban poco tiempo porque se cansaba ella de ellos, o ellos de ella.
A Mariconchi, en un importantísimo sorteo internacional le tocó de pre-mio un príncipe azul.
El príncipe azul era ese tipo de hombre en el que una gran mayoría de féminas sueña: alto, atlético, hermoso, rubio, con ojos azules y rico.
Mariconchi, cuando lo vio frunció el ceño, torció el labio y, cuando iban a entregárselo preguntó:
—¿No tienen príncipes color frambuesa?
El encargado de entregárselo, un señor muy serio y circunspecto, se la quedó mirando con extrañeza y empleando un tono que podía calificarse de enojado, le respondió:
—Señorita, no ha ganado usted una tienda de pinturas, sino un hermoso príncipe azul.
—Bueno, pues si no lo tienen color frambuesa, no lo quiero —despreció ella y se marchó haciendo girar su bolso de plástico color frambuesa, al tiempo que realizaba un provocador contoneo de caderas. Ella había que-rido un príncipe de ese color, frambuesa, para que hiciera juego con su bolso.
Mariconchi se salió con la suya. Meses más tarde abandonaba el planeta Tierra subida en una nave espacial conducida por un príncipe color frambuesa. A sus amigas las dejó moradas de envidia, por segunda vez. La primera, había sido cuando le tocó el príncipe azul.
