EL INTOLERANTE (PÍLDORAS FILOSÓFICAS)
El intolerante ve el mundo
desde la falsa atalaya
en la que lo ha subido su soberbia,
y considera,
en su ignorancia supina,
únicamente válido su juicio
y equivocado el juicio
de todos los demás.
El intolerante ve el mundo
desde la falsa atalaya
en la que lo ha subido su soberbia,
y considera,
en su ignorancia supina,
únicamente válido su juicio
y equivocado el juicio
de todos los demás.
Cuando hablan de Él, aunque lo niegan, Dios existe también para la mayoría de los ateos, pues le dan la vida al negar su existencia. A muchos de ellos les he leído en los ojos un mal oculto brillo de temor, como si en el fondo de su corazón creyeran
Llevaba más de una hora esperando en aquella cola interminable cuando el portero de magnífico traje inmaculadamente blanco y gorra entorchada y ostentosa como las de los generales de algunos países bananeros dijo en un tono cansino: —Que pase el siguiente. —Soy yo —dije sonriéndole contento, simpático, animoso. Entré en
Se había citado en una hamburguesería. Él había sido contactado por el teléfono móvil que sólo usaba para los encargos de trabajo. Del hombre que esperaba sólo conocía su voz ronca y desagradable. Antes de entrar en el local su mirada examinó con detenimiento a todas las personas que en
El primer borracho que yo vi, tuvo el mérito de sorprenderme hasta el punto de que, a pesar de ser yo muy niño entonces, cierta mañana en que en una calle céntrica, íbamos mi padre y yo, llevándome él todo el tiempo cogido de la mano, le escuché gritar: —¡Viva