DECISIVO EL VOTO DEL MÁS TONTO (MICRORRELATO)
Hubo una vez un país en el que la gran mayoría de sus habitantes, cansados de que los políticos que se presentaban para ocupar el puesto de presidentes les mintieran, les hiciesen un sinfín de promesas, especialmente sobre mejoras sociales, y luego, una vez conseguido el poder que ambicionaban, no cumplían ninguna de esas promesas, decidieron cambiar el modelo electoral.
Se juntaron los hombres más sabios, honrados y justos de ese país y acordaron, para que la población no fuese masivamente embaucada una vez más por los candidatos a presidentes, que hubiese un solo votante representándoles a todos. Y el votante que, el selecto grupo de personas más sabias, honestas y justas escogieron, para asombro de la gran mayoría de la gente, fue Inocencio Total, el hombre más tonto e inocente de toda la nación.
Se celebraron las nuevas elecciones y, como no se consintió a ninguno de los tradicionales partidos políticos realizar costosas campañas publicitarias, no hubo en estos comicios dos únicos todopoderosos candidatos, sino que se reunieron veinte de ellos, algunos tan humildes que, para aparecer algo mejor vestidos de lo habitual, tenían que alquilar los trajes con que se presentaban en los programas de televisión (todos el mismo número de veces e igual cantidad de tiempo), a hablar sobre todas las cosas buenas que para la gente realizarían en caso de ser elegidos.
Y finalmente llegó el día de la elección y, el hombre más tonto del pueblo depositó en la urna la papeleta con la que representaba a la nación entera. Y el voto suyo sirvió para que fuese declarado presidente un humilde tendero que tenía una lista larguísima de deudores entre la gente más pobre, lista que muchos de los deudores jamás lograrían ser borrados de ella. La tienda de este piadoso tendero no había quebrado y se mantenía abierta todavía porque sus familiares contribuían con sus salarios a hacerlo posible.
Los candidatos de la oposición pretendieron, desesperadamente, que se anulasen las elecciones alegando la poca inteligencia y estudios del único votante.
El grupo de sabios les contestó que al único votante no lo habían elegido, para representarles a todos, por su inteligencia sino porque poseía el don de descubrir a través de la voz quienes decían la verdad y quienes mentían.
Y el único candidato a presidente que no mintió ni una sola vez en cuanto dijo, fue el tendero Justo Honesto Incorruptible.
Y fue el mejor presidente que nunca había tenido aquella comunidad humana, porque el trabajo y la honradez alcanza siempre la prosperidad, mientras que la codicia y la corrupción solo hace prósperos a los mandatarios deshonestos, a costa de hundir en la pobreza y la injusticia a los infortunados pueblos que gobiernan.
(Copyright Andrés Fornells)